¡Interés de los Abonos NPK!
Ante todo, el abono se aplica en función del contenido del suelo en estos elementos y de las necesidades del cultivo.
La parte nitrogenada del abono permite un buen arranque del cultivo al aportarle directamente el elemento, ya que el nitrógeno actúa directamente sobre los procesos biológicos de los que se derivan el rendimiento y la calidad (formación de aminoácidos y proteínas, formación de clorofila y de numerosas enzimas, constitución de vitamina B). En los abonos NPK, la parte nitrogenada se ve a menudo reforzada por otros aportes nitrogenados durante el transcurso del cultivo para responder a las necesidades de la planta.
Los abonos PK: Fósforo y Potasio responden a objetivos a corto y medio plazo:
- Favorecer el establecimiento precoz de un cultivo exigente en uno de los elementos.
- Completar el aporte del cultivo cuando el suelo no suministra con suficiente rapidez a partir de sus reservas
- Compensar la exportación de estos elementos debida a las cosechas sucesivas, así como las pérdidas que puedan producirse durante el ciclo (por ejemplo: la cosecha de 4 toneladas de paja de trigo exporta 7 kg de P y 60 kg de K/ha).
Por lo tanto, es importante no pasar por alto este tipo de fertilizante.
- Riesgo de agotamiento de los recursos del suelo, noción de biodisponibilidad
- Impacto directo sobre el potencial de rendimiento del cultivo siguiente en caso de carencias o de equilibrio PK insuficiente
Existe una importante sinergia entre los elementos nitrógeno y fósforo, y nitrógeno y potasio: un aporte conjunto de fósforo y potasa permite aumentar la absorción de nitrógeno por la planta. Los abonos NPK revisten, pues, un interés económico y medioambiental.