Interés de los fertilizantes NPK
Ante todo, el abono se aplica en función del contenido de estos elementos en el suelo y del nivel de exigencia del cultivo en cuestión.
La parte nitrogenada del abono permite que el cultivo tenga un buen comienzo al suministrarle directamente el elemento, ya que el nitrógeno actúa directamente sobre los procesos biológicos de los que se derivan el rendimiento y la calidad (formación de aminoácidos y proteínas, formación de clorofila y de numerosas enzimas, constitución de vitamina B). En los abonos NPK, la parte nitrogenada suele reforzarse con otros aportes nitrogenados durante el cultivo para satisfacer las necesidades de la planta (solución nitrogenada, Ammo 33,5, Ammo 27, urea, etc.).
Abonos PK: el fósforo y el potasio responden a objetivos a corto y medio plazo:
Favorecer el establecimiento temprano de un cultivo exigente en uno de los elementos
Para completar el abastecimiento del cultivo cuando el suelo no suministra con suficiente rapidez a partir de sus reservas.
Compensar la exportación de estos elementos debida a las cosechas sucesivas, así como las pérdidas que puedan producirse durante el ciclo (ejemplo: la cosecha de 4 toneladas de paja de trigo exporta 7 kg de P y 60 kg de K/ha).
Por lo tanto, es importante no ignorar este tipo de abono.
- Riesgo de agotamiento de los recursos del suelo, noción de biodisponibilidad
- Impacto directo en el potencial de rendimiento del cultivo siguiente si hay deficiencias o un equilibrio insuficiente de PK
Existe una importante sinergia entre los elementos nitrógeno y fósforo, y nitrógeno y potasio: un aporte conjunto de fósforo y potasa permite aumentar la absorción de nitrógeno por la planta. Por ello, los abonos NPK revisten interés económico y medioambiental.
