Los girasoles ecológicos no necesitan muchos elementos minerales y no son muy sensibles al estrés hídrico. Su cultivo no requiere grandes recursos técnicos. Sus flores melíferas atraen a las abejas y a muchos otros insectos polinizadores.
Conserva y mejora la fertilidad del suelo y aumenta el rendimiento de la siguiente cosecha. La principal característica de este cultivo orgánico es que absorbe el nitrógeno que queda en el suelo después de un cultivo principal.
Las aplicaciones de las semillas oleaginosas en el sector ecológico están diversificadas.
Plantación: Plantar en un suelo suficientemente cálido (8°C) para favorecer una buena y rápida emergencia, lo que evitará problemas con los gusanos de alambre y las babosas. Es un cultivo que se adapta a todo tipo de suelos.
Densidad de siembra: Las recomendaciones clásicas son del orden de 50.000 a 60.000 granos/ha. En el caso de una preparación del suelo difícil, una emergencia difícil, etc., es posible aumentar la dosis a 75.000 granos/ha.
Profundidad de siembra: 3 cm como máximo en malas condiciones y de 4 a 5 cm si las condiciones son favorables.
Período de siembra: Como la plantación debe hacerse en un suelo bien calentado, es preferible no sembrar demasiado pronto. La siembra entre finales de abril y mediados de mayo sería favorable para una buena emergencia, lo que permitirá beneficiarse de la técnica de la falsa siembra.
Consejo general: Durante la fase de preparación del suelo, son necesarias e importantes de 3 a 4 pasadas de herramientas mecánicas para controlar las malas hierbas en el cultivo del girasol. Las intervenciones deben realizarse en suelo seco para obtener un suelo blando con una estructura grumosa.
Riego: Se trata de un cultivo bastante tolerante a la sequedad, sin embargo, se puede aprovechar el riego (una o dos vueltas) durante la fase de floración. Cuando el crecimiento vegetativo de los girasoles es exuberante, es aconsejable iniciar el riego sólo después del final de la floración.
Cosecha: La cosecha se realiza mejor durante la temporada, cuando la humedad de la semilla está en torno al 10-11%, que es la etapa óptima para la cosecha. Este periodo se caracteriza por el cambio de amarillo a marrón en el dorso de los capítulos. El tallo se vuelve de color beige claro y algunas de las hojas superiores permanecen ligeramente verdes.